Los coronavirus fueron conocidos durante muchos años por causar enfermedades respiratorias y digestivas frecuentes; pero de leve intensidad en las personas inmunocompetentes. A inicios de este siglo, en el 2002 y 2012, nuevas cepas de esta familia originaron el síndrome respiratorio agudo severo (SARS-CoV) y el síndrome respiratorio del Oriente Medio (MERS-CoV) respectivamente, ambas se consideran enfermedades emergentes a partir de un reservorio animal, y responsables de infecciones respiratorias graves de corte epidémico con gran repercusión internacional debido a su elevada morbilidad y mortalidad. ¹

En diciembre de 2019, en Wuhan, China, se informó sobre un grupo de 27 pacientes con neumonía de etiología desconocida; poco después los investigadores chinos identificaron como el agente causal un nuevo tipo de coronavirus, posteriormente denominado SARS-CoV-2. ² La enfermedad recibió el nombre de covid-19 (coronavirus disease 2019). Por su indetenible expansión y alta letalidad el 11 de marzo la Organización Mundial de la Salud (OMS) la declaró pandemia mundial.

Se considera que el SARS-CoV-2 afecta simultáneamente las vías respiratorias superiores y las inferiores, lo que justifica su conocido poder de transmisión y las bases de sus síntomas respiratorios más reconocidos, incluyendo la neumonía que puede o no provocar insuficiencia respiratoria. ³ A este “cuadro clínico común o típico” se le añaden las manifestaciones clínicas que reflejan la afectación de otros órganos o sistemas, incluido el sistema nervioso, las que van adquiriendo mayor valor según se profundiza en el conocimiento de la enfermedad.

En el 2016, investigadores de Canadá y el Reino Unido estudiaron el caso de una paciente joven que murió como consecuencia de una encefalitis y encontraron evidencia de asociación directa entre la cepa OC 43 de un coronavirus humano (HCoV) y las enfermedades neurológicas, lo que demuestra la capacidad de este tipo de virus para invadir el sistema nervioso central. ⁴

Al estudiar 214 pacientes hospitalizados con diagnóstico confirmado de SARS-CoV-2, en Wuhan, China, el 36.4 % tuvo alguna manifestación neurológica, el 16.8 % de los enfermos presentó mareos y el 14.8 % alteración de la conciencia; también estuvieron representadas, en orden decreciente, miopatías con elevación de enzima creatincinasa, cefalea, hipogeusia, hiposmia y neuralgias; ⁵ incluso, se ha advertido que pueden presentarse enfermos con síntomas atípicos al covid-19 como son cefalea, ataxia, ictus agudos isquémicos y hemorrágicos, cuadros confusionales y deterioro de la conciencia, que al ser estudiados han sido positivos al SARS-CoV-2. ⁶

En China, una paciente de 61 años, que retornó de Wuhan durante la pandemia, debutó con un síndrome característico de Guillain-Barré y al octavo día de evolución fue que aparecieron manifestaciones clínicas típicas del covid-19 y un test positivo al virus; en este caso los autores sugieren una posible asociación etiológica porque esta neuropatía autoinmune puede ser desencadenada por variados procesos infecciosos. ⁷

Un hallazgo neurológico frecuente es la pérdida del sentido del olfato (hiposmia o anosmia), este puede presentarse precozmente durante la infección y es más frecuente como parte de los cuadros ligeros de la covid-19, observados en niños y adolescentes; se ha planteado que el SARS-CoV-2 puede penetrar en el SNC a través de la placa cribiforme en el hueso etmoides cerca del bulbo olfatorio y afectar el cerebro por esta vía en etapas precoces de la infección. ⁸

La revista Radiology informa el primer caso de encefalopatía aguda necrosante hemorrágica asociada con covid-19, una forma rara de encefalopatía que ya ha sido relacionada con otras infecciones virales, lo cual reafirma el potencial daño del sistema nervioso que puede producir este coronavirus; la confirmación de la infección por covid-19 se realizó mediante PCR para SARS-CoV-2. ⁹

Está demostrado que la complicación y causa de muerte más importante en los enfermos con covid -19 es la insuficiencia respiratoria aguda, cuya enfermedad de base reconocida es la neumonía severa que presentan; ^{3 , 10} pero es necesario definir la posible contribución del sistema nervioso central en la pérdida del control involuntario sobre la respiración, en ocasiones tan precoz. Existe gran similitud entre el SARS-COV y el SARS-COV-2 y las propiedades neuroinvasivas del primero han sido confirmadas. ¹¹

Debido a la importancia del tema, la Academia de Ciencias de Cuba, publicó un artículo especial en el cual se analizan los aspectos más importantes relacionados con las manifestaciones neurológicas que aparecen durante la infección por SARS-CoV-2 en la covid-19. ¹²

La difícil tarea de la comunidad científica internacional para detener la expansión y mortalidad de la covid-19 está llena de interrogantes. Es de vital importancia profundizar en este tema para poder definir el valor del daño que la sepsis por SARS-CoV-2 pueda ocasionar en el sistema nervioso y la repercusión de este en las complicaciones y evolución de la enfermedad; pero a su vez, resulta imprescindible alertar a la comunidad médica de la posibilidad de que en los pacientes afectados por la covid-19 se puedan presentar alteraciones del sistema nervioso central y periférico.