2001-3-2-4

Revisión Bibliográfica

Hacia un pensamiento cubano en bioética

Towards A Cuban Thinking In Bioethics.

Daniel Piedra Herrera1   

  1. Dr. en Ciencias Biológicas. Secretario de Política Científica de la Academia de Ciencias  Cuba. Secretario Ejecutivo del Comité Nacional Cubano de Bioética.

RESUMEN

Con esta  intervención  quisiera recapitular algunas ideas centrales acerca de las de: algunos rasgos relevantes de la Bioética de Potter, rasgos relevantes del pensamiento cubano, encuentro entre la Bioética de Potter y el pensamiento cubano y consideraciones de actualidad acerca de un pensamiento bioético cubano.

DeCS: PENSAMIENTO / ética, BIOETICA.

ABSTRACT

With this intervention I would like to recapitulate some central ideas about the: some relevant features of the Potter Bioethics, relevant features of Cuban thought, meeting Bioethics Potter and the Cuban thought and consideration of current bioethical thinking about a Cuban.

MeSH: Thinking/ ethics, Bioethics.

INTRODUCCIÓN

 La Bioética, Según Van Rensselaer Potter

Van Rensselaer Potter, autor del neologismo inglés y para muchos, indisputable padre de esta disciplina de alto contenido filosófico. De igual modo, cuando se habla de  materialismo  dialéctico, cualquier  persona medianamente informada entiende que se  está  hablando de la creación de Carlos Marx. Sin embargo, lo que parece obvio en ambos casos no ha dejado --en ninguno de los dos-- de estar en disputa  y  ser objeto de sesgadas interpretaciones. Salvando las distancias de todo  tipo que separan a ambas personalidades, en esta comparación que ustedes disculparan, hay que notar además que si bien existe el marxismo en  numerosas variantes, no se conoce que se hayan reconocido en parte alguna,  expresiones de potterismo manifiesto.

No cabe la menor duda que la disciplina que ha utilizado la denominación inventada por Potter en 1970 ha tenido una curiosa y dinámica evolución, que aún en la actualidad no ha terminado. No es ocioso entonces recorrer desde sus orígenes la trayectoria de Potter. Hay que decir que  al cabo de una fructífera vida profesional como investigador bioquímica en el campo de la ontología, el que consideramos padre de la  Bioética decidió cambiar su oficio por el de pontífice 1, en el sentido etimológicamente más fiel de la palabra.

DESARROLLO

LOS TRES PUENTES DE POTTER:

Puente No.1.- Luego de algunos años de búsqueda que lo llevaron a trascender los límites de su ocupación profesional como oncólogo  experimental en la Universidad  de  Wisconsin  y  siguiendo lo que  consideraba el mandato de su maestro, Aldo Leopold, Potter se aventuró en la  exploración de la interfase entre las ciencias médicas y la ecología:

"Desde el principio estaba claro que la bioética debe ser  construida  sobre una  base  interdisciplinaria  y  multidisciplinaria. He propuesto dos áreas principales  con intereses que parecen estar separados pero que se necesitan mutuamente: la bioética médica y la bioética ecológica. La bioética médica y la bioética ecológica no se superponen, en el sentido en que la bioética médica se ocupa principalmente de los puntos de  vista de corto plazo: las opciones se le abren a los individuos y a sus médicos en sus intentos por prolongar la vida... La bioética ecológica claramente, tiene una visión de largo  plazo  que se ocupa de lo que debemos hacer para preservar el ecosistema en  una  forma que sea compatible con la existencia continuada de la especie humana 2.

De  tal modo, el padre de la Bioética estaba proclamando el carácter indócil de su pensamiento, imposible de quedar contenido dentro del marco de una sola  disciplina  de las consideradas partes de las ciencias naturales. Más recientemente este aspecto ha sido enfatizado más allá de toda duda:

"Cuando  utilicé el termino "bioética" (...) claramente quería que incluyera no simplemente a la ética médica, sino también la ética ambiental y la agrícola. En realidad, la palabra habla por si sola" 3.

Al mismo tiempo, al recordar el diseño original de la bioética, Potter llama la atención hacia una grave limitación que determinadas interpretaciones podrían imponerle: el cortoplacismo (en otras palabras, una especie de pragmatismo miope) y su reducción al marco individualista de las  relaciones médico - paciente. Al pronunciarse en tal sentido, Potter irrumpe de lleno en el campo  de  la política de la atención de salud. Por otro lado, este autor se pronuncia resueltamente en la referencia citada, respecto al problema de la sobrevivencia de la especie humana, como se vera  reiteradamente en su literatura.

En  su  libro  de 1971, Bioética: Puente hacia el Futuro 4, Potter declara que:

"Una  ciencia  de la sobrevivencia debe ser más que solo ciencia, por lo que propongo  el término Bioética para enfatizar los dos ingredientes más importantes para alcanzar la nueva sabiduría que se necesita tan desesperadamente: Conocimiento biológico y valores humanos" 5.

Puente No. 2.- El Puente hacia el Futuro que sirve de titulo a su famoso libro se tiende entre las actuales y las próximas generaciones. La noción misma de puente que comunica dos tiempos (presente y futuro) esta indudablemente  emparentada con el concepto de sostenibilidad y constituye una respuesta a los denominados problemas globales que comienzan a conceptualizarse simultáneamente con la aparición de su libro. En este sentido, el llamado de Potter  se adelanta en casi diecisiete años a la formulación de la sostenibilidad en términos de una propuesta de política viable, en el Informe de la Comisión Brundtland 6.

Un tratamiento más detallado de este punto, sin embargo, distanciaría un tanto del tema central de esta conferencia.

Puente No. 3.- El tránsito más audaz y de mayor porte intelectual de los que propone Potter, sin embargo, se encuentra paradójicamente en  la interpretación más obvia del propio término bioética. Este ha de ser entendido como la  conexión  no disyuntiva entre una ciencia -la biología- o mejor, un grupo de  ciencias -las biológicas, dentro de las que quedaría incluida la medicina en  su acepción  biologicista- y una clase de conocimiento -la ética- al cual no es posible atribuir en rigor el carácter de ciencia sin enfrentarse a un serio y prolongado debate teórico.

La Biología sale al encuentro con la Ética. Una reflexión estrictamente académica. Con  la  reserva  de que el tiempo de que se dispone es demasiado breve para una  discusión a fondo de esta última cuestión, permítaseme adelantar un futuro debate, haciendo uso de tres citas que se simplifican en aras de la brevedad.

La  mitad del siglo que acaba de transcurrir estuvo marcada de forma indeleble por acontecimientos en las ciencias biológicas que prepararon el escenario  de la revolución bioinformática que estamos viviendo en el comienzo del actual  milenio. Uno  de  estos acontecimientos, tal vez el de mayor riqueza  conceptual, fue  el  descubrimiento en 1953 de la estructura en doble hélice  del ácido desoxirribonucleico (ADN), por la pareja de investigadores James D.

Watson y Francis Crick. No es mera casualidad que casi coincidiendo exactamente en fecha con la salida de la imprenta de "Bioética: Puente hacia el Futuro", apareciera en un reputado órgano de prensa norteamericano, el articulo conocido como "El Hombre Clonal" 7. Tampoco puede atribuirse al azar que su autor fuera Jim Watson, uno de los miembros del dúo laureado en su tiempo con el Premio Nobel.

Resulta difícil seleccionar del texto del articulo citado un solo fragmento en el que se concentre mejor que en el resto la preocupación y la angustia de quien posteriormente seria el primer director que tuvo el famoso programa HUGO (para la secuenciación del genoma humano), ante la posibilidad real e inminente de la clonación de seres humanos y sus implicaciones éticas. Veamos:

"Es posible que diferentes sociedades vean el asunto (de la clonación) de modo diferente. Seria una sorpresa que todas llegaran a la misma conclusión. Por tanto, debemos asumir que las técnicas de manipulación in Vitro de óvulos humanos, es probable que se lleguen a convertir en práctica médica generalizada, susceptibles de desempeño de rutina en muchos de los países principales dentro de unos diez o veinte años"  7.

Habría que añadir muchos más cambios trascendentales que se operaron en diferentes esferas de la sociedad y el pensamiento, para demostrar que en la sexta década del siglo pasado se estaba operando el comienzo de una época llamada de bifurcación, en el lenguaje de I. Wallerstein 8. Pero para los fines del trabajo que estamos presentando, un fragmento de una obra aparecida en 1970 resulta suficientemente ilustrativo. Refiriéndose al poder determinante de la estructura social en la que transcurre el proceso evolutivo del Homo sapiens sobre su hardware genético, Jacques Monod concluía:

"Dada la inmensa importancia selectiva que tales estructuras sociales por fuerza asumieron durante espacios de tiempo tan vastos, es difícil no creer que ellas tengan que haber influido en la evolución genética de las categorías innatas del cerebro humano."         

Más adelante, en este propio texto, Monod afirma que "la estabilidad de las instituciones de los insectos sociales debe, si acaso un mínimo, a la herencia cultural, pero virtualmente todo a la transmisión genética", mientras que en el hombre, "una herencia cultural, por si sola, no hubiera sido suficientemente fuerte para mantener la estructura social. Esa herencia necesitaba un fundamento genético que aportara algo que resulta esencial para la mente" 9.

Pero el más categórico de los desafíos a la exploración del interregno que cubre la distancia entre ética y ciencia (biológica), haciendo uso de una metodología inobjetablemente científica, es el que proviene del trabajo de Edward Osmond Wilson, autor de "Sociobiology", un texto que vio la luz en 1975 y que escandalizó a la comunidad científica provocando polémicas que aún no han quedado satisfactoriamente dilucidadas. En su investigación de lo que el denomina instintos morales, Wilson documenta su afirmación de que estos instintos o sentimientos morales producen un "sesgo de la evolución cultural en dirección a las convenciones que expresan los códigos universales de honor, patriotismo, altruismo, justicia, compasión, piedad y redención" 10. En el propio texto citado, Wilson expone una estrategia y un plan de trabajo para la investigación futura, donde queda claro el terreno que ya ha sido rescatado de la ignorancia. Según el, a las evidencias ya aportadas por la antropología y la sicología experimental, es necesario esclarecer:

"La definición de los sentimientos morales, primero con descripciones precisas partiendo de la sicología experimental y luego por el análisis de las respuestas neutrales y endocrinas subyacentes. La genética de los sentimientos morales, que se abordan con mayor facilidad a través de mediciones de la heredabilidad de los procesos sicológicos y fisiológicos del comportamiento ético y eventualmente a través de la identificación de los genes que los prescriben.

El desarrollo de sentimientos morales como productos de la interacción de los genes y el medio ambiente (...) las historias de los sistemas éticos como parte del surgimiento de las diferentes culturas y el desarrollo cognitivo de los individuos que viven en diferentes culturas.

La historia profunda de los sentimientos morales - en primer lugar, por que existen. Presumiblemente ellos contribuyeron a la sobrevivencia y el éxito reproductivo durante los largos períodos del tiempo prehistórico en el que evolucionaron genéticamente" 10.

En la actual época, denominada por algunos postgenómica, el desafío consiste en la profundización del conocimiento que ha conducido a encontrar esta importante pista que ilumina el camino que hasta ahora ha separado y ahora parece unir- a la biología con la ética, del mismo modo en que los hallazgos recientes de los estudios de complejidad hacen vislumbrar la unidad intrínseca entre las ciencias naturales y exactas, por un lado y las sociales y humanísticas por otro. En este ámbito, el "descubrimiento" de la bioética como concepto y la elaboración de sus postulados fundamentales por V.R. Potter, se inscriben entre los aportes antisistémicos en preparación de la bifurcación que ya se anuncia próxima.

IMPLICACIONES MENOS ACADÉMICAS DEL PENSAMIENTO DE POTTER

Desde muy temprano el fundador de la bioética hubiera podido darse cuenta de la inmediata repercusión del concepto que estaba propugnando. En el propio año de publicación de su primer libro sobre el tema, publicó una breve reseña titulada Bioética en una revista de amplia circulación 11. De modo aparentemente inadvertido y con solo una página de separación de su reseña, aparece en ese mismo número de la revista un anuncio con el siguiente encabezamiento: "Se establece Instituto de Bioética en la Universidad de Georgetown". El instituto cuya fundación se anunciaba, nacía bajo los favorables auspicios de una generosa dotación financiera 12. Se trataba del Instituto Joseph y Rose Kennedy para el estudio de la reproducción humana y la bioética, con un inocultable sesgo en su definición de bioética, que más bien la acercaba a una ética médica renovada, la cual abordaba los problemas éticos que estaban surgiendo debido a la aplicación de las nuevas tecnologías biomédicas que se estaban haciendo disponibles en los países industrializados, para los pacientes/clientes con suficiente solvencia económica.

Los más de treinta años que han transcurrido desde la publicación del libro de Potter 13 han sido de un agudo conflicto que se ha visto enmascarado y en buena medida ha pasado inadvertido para los medios de comunicación científica, que han prestado mayor atención a diferendos de menor calado, como el que existe entre "corrientes" bioéticas basificadas en diferentes metrópolis del mundo industrializado y "dilemas" circunscritos a la relación médico-paciente.

No se le escapó inadvertida al padre de la bioética la confluencia con el concepto de sostenibilidad, del que sirvió realmente de precursor. Atendiendo a los sesgos y tergiversaciones de los que estaba siendo objeto este concepto, Potter se pronuncio categóricamente.

En un pormenorizado artículo 14 publicado en 1995, Potter se refiere en extenso a una topología de sobrevivencia puestas en boga por la popularización del concepto de sostenibilidad: sobrevivencia "mera", "miserable", "idealista", "irresponsable" y "aceptable", declarándose partidario de esta última.

En este propio texto se apoya en R. Heilbroner, a quien cita:

”El logro de tal avance civilización al (representado por la sostenibilidad aceptable) es hoy en día imposible. Este implica la ausencia de cualquier orden económico, llámese capitalista o no, cuya continuación dependa de la acumulación incesante. No menos depende de la eliminación de la división entre las regiones golpeadas por la pobreza y las regiones ricas del globo" 15.

En otra parte de este propio artículo, Potter se refiere al conflicto entre la calidad del medio ambiente y "la santidad del dólar"  16. La salida a este, como a otros conflictos sociales, la ve en la "acomodación" 16, que entiende como la concesión a que vienen obligadas las partes en conflicto, por fuerza moral o política, para llegar a un arreglo. Sin embargo, confiesa su desconfianza en que el "todopoderoso dólar" 16 llegue a algún acomodo.

Forzado por esta circunstancia, Potter se ha visto en la necesidad de modificar la denominación de su bioética (ahora "Global y Profunda"), estableciendo alianzas con sectores del ecologismo radical y precisando más allá de toda duda sus conceptos básicos. Por el camino quedaba meridianamente clara su opción política contra el sistema capitalista:

"...en nuestra loca carrera por mantener la civilización capitalista que intenta acelerar el consumo excesivo en todo el mundo, pensamos poco en quien se sienta a la mesa y quien sigue hambriento. En el "Puente hacia el Siglo XXI" podemos estar perdiendo la oportunidad de llegar al Siglo XXV o al año 3000. ¿Habremos de salir del tercer milenio sin salud, paz, un ecosistema estable y justicia social?" 17.

LA OPOSICION A POTTER

La historia de la bioética que contaba hace pocos años el Dr. Fernando Lolas Stepke, Director del Programa Regional de Bioética de la OPS, es bien diferente. Según Lolas, ya en 1992 un grupo de "pioneros" celebró, en la Universidad de Washington, Seattle, el trigésimo aniversario de la disciplina. Dichos pioneros:

"Tomaban como punto de referencia un artículo de la revista Life del 9 de noviembre de 1962 que contaba la historia de un comité, establecido precisamente en Seattle, cuya misión fue seleccionar pacientes a quienes se pudiera ofrecer la hemodiálisis, tratamiento posibilitado por el doctor Bel Ding Scribbler al inventar la conexión y la cánula arteriovenosa, en 1961."

"Como pronto se hizo evidente, muchas personas requerían tratamiento y no todas podían ser atendidas. La solución fue encomendar la delicada selección a un grupo de personas, preferentemente no médicos, quienes juzgarían en base a antecedentes distintos de los clínicos. La periodista que escribió el artículo, Shana Alexander, diría que la historia constituyó una de las más fascinantes de su carrera. La tituló 'They decide who lives, who dies' (Ellos deciden quien vive, quien muere)" 18.

El propio Lolas dice más adelante que:

"Van Rensselaer Potter, un oncólogo de la Universidad de Wisconsin, usó el término en un sentido evolucionista, algo diferente del que tiene actualmente" 18.

Según esta visión, a Potter habría que llamarlo padrino y no padre de la bioética, dado que bautizó a la criatura que ya había nacido y hasta dado sus primeros pasos a la hora del bautismo. Luego, pudiera parecer que en la edad adulta la criatura ha continuado arrastrando su denominación resignadamente, por razones de pura conveniencia. Hay que reconocer, sin embargo, que en el Congreso Mundial de Bioética auspiciado por la Sociedad Internacional de Bioética (SIBI) y celebrado en Gijón, España, en junio de 2000, la paternidad de la bioética le fue públicamente reconocida a V.R. Potter, junto con la adjudicación del premio bianual de dicha sociedad. De igual modo, el tratamiento de Padre de la bioética le fue aplicado a Potter en el I Congreso Iberoamericano de Bioética celebrado en Caracas en febrero de 2001. Sin embargo, este reconocimiento merecido no fue en opinión de este autor acompañado por el consecuente y necesario análisis de las implicaciones de contenido que este reconocimiento conlleva.

La posición de una bioética restringida al campo de la relación médico-paciente, o sea, de una bioética medicalizante, así como de negar (o al menos, no afirmar, lo cual es igualmente injusto aunque considerablemente menos valiente) la paternidad de Potter para la bioética, tal como se vio en la primera década de los ochenta, tampoco ha permanecido invariable.

La posición de Potter ante esta situación ha sido comprensiva, aunque no tolerante. En la literatura que ha salido de sus manos desde que fundó la bioética, no aparece una sola mención condenatoria a los adelantos que se han ido acumulando en el campo de la otra bioética, es decir, de la bioética predominantemente médica.

"Creo que hay una razón por la cual la gente de la bioética médica no se ha metido en la bioética integral o bioética global, como Sophie y yo la llamamos... El problema con la gente de la bioética médica es que ya ellos tienen mas de lo que pueden manejar" 19.

Mientras tanto, la necesidad de hacer una profunda reflexión ética acerca de los problemas relacionados con la investigación biológica (no directamente médica) y con la aplicación de las nuevas tecnologías resultantes de esta investigación ha ido constantemente en ascenso. Junto con esta necesidad ha crecido la demanda, por parte de la opinión pública y los movimientos de activismo ciudadano en los propios países industrializados, de racionalizaciones de base axiológica que sirvieran de fundamento a posiciones políticas asumidas de modo contingente y ante situaciones de facto.

Así ha sucedido con los llamados "problemas globales", a los cuales se ha ido sumando una abigarrada lista de otros, cuya gravedad e irreversibilidad ha ido cobrando un carácter cada vez más desesperante, constituyéndose en banderas movilizativas de amplios sectores de la población. Tal es el caso de la introducción indiscriminada, irreflexiva e irresponsable de organismos modificados genéticamente en el medio ambiente, el asunto del clonaje de animales superiores e incluso de seres humanos, avizorado proféticamente por Jim Watson 20, el asunto de la eutanasia, los métodos de control de la natalidad y el aborto, el enfrentamiento a la pandemia del SIDA, sobre todo en los países pobres, etc., sin contar los problemas de deterioro progresivo del medio ambiente y la reducción de la biodiversidad.

La respuesta de las instituciones bioéticas (congresos y reuniones de diverso tipo, órganos especializados de expresión y de opinión científica) ha sido incluir en la agenda bioética todas estas cuestiones, sin reparar en ningún orden de prioridad. Como consecuencia de todo esto, la bioética ha ido adquiriendo un cierto carácter limitadamente deliberativo, que mella buena parte del filo revolucionario y movilizador del que quiso dotarla su creador.

REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS

  1. Potter VR. Global Bioethics: Building on the Leopold Legacy. East Lansing, MI. MSU Press (1988), p. 74 (cursivas añadidas - DPH).
  2.  Van Rensselaer Potter. "PRIVATEWhat Does Bioethics Mean?" The Forum: Vol. 8 No. 1, pg. 2. Junio  1996.
  3.  Van Rensselaer Potter. "Bioethics: Bridge to the Future". Englewood Cliffs, NJ: Prentice Hall (1971). Op. Cit., pag. 2 (enfasis mio - DPH).
  4. "Our Common Future". WCED 1987. "Our Common Future". WCED 1987.
  5. Watson James D. Moving Toward the Clonal Man. Is this what we want? PRIVATEPRIVATEAtlantic Monthly. May 1971 (enfasis mio - DPH). "...el sistema-mundo moderno esta en crisis estructural y ha entrado en un periodo de              comportamiento caótico que causara una bifurcación sistémica y una transición hacia una nueva estructura, cuya naturaleza es aun indeterminada y, en principio, imposible de  predeterminar, pero que queda abierta a la intervencion y la creatividad humanas." I. 
  6. Wallerstein. "Globalization or The Age of Transition?:A Long-Term View of the Trajectory of the World-System"  International Sociology. June 2000. Vol 15(2): 251- 267.  (Traducción y énfasis míos - DPH).
  7. Monod, Jacques L. (1970). "Chance and Necessity". (Fragmento del capitulo final). Collins, 1970.
  8. Wilson, Edward O. The Biological Basis of Morality. The Atlantic Monthly. Volume 281, No. 4; pages 53 - 70. April 1998. (Enfasis y traduccion mios - DPH).  
  9. Potter, V. R. Bioethics. BioScience 21 (21) p. 1088, Nov. 1, 1971. "...a well-financed Georgetown University Institute for the Study of Human Reproduction..." Van Rensselaer Potter. Bioethical Issues for the 21st Century. Scriptfor Videotape Presentation at Opening Ceremony, World Conference on Bioethics. Gijon, Spain, June 20-24, 2000. Ver nota No. 5.
  10. Van Rensselaer Potter, Ph.D., Lisa Potter, B.A. 1995. Global Bioethics: Converting Sustainable Development to Global Survival. Medicine and Global Survival. Heilbroner R. Visions of the future: The distant past, yesterday, today, and tomorrow. New York: Oxford University Press. 1995 (citado en nota No. 18).Ver nota No. 18.
  11. Van Rensselaer Potter. Deep and Global Bioethics For a Livable Third Millennium. The Scientist, Vol:12, #1, p. 9, January 5, 1998 (cursivas añadidas - DPH).
  12. Bioética: Una Palabra con Historia. Articulo por Fernando Lolas Stepke, Director, CIEB. El Mercurio, Marzo 1997. (Subrayado añadido - DPH).
  13. Van Rensselaer Potter. Entrevista concedida a la Dra. Sophie Jakowska el 9 de octubre 1998. Registro magnetofónico. Ver nota No. 8.



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